sábado, 10 de noviembre de 2007

"¿Por qué no te callas?", dijo el Rey a Chávez

No, aunque lo pueda parecer no es ningún chiste.


Cumbre Iberoamericana que se está celebrando en Chile. Acto de clausura. Hugo Chávez diserta sobre lo que piensa. Y entre las estupideces que le rondan la cabeza está la de llamar, por segundo día consecutivo, fascista al ex-presidente Aznar.


Intervenía el actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pedía respeto al dirigente venezolano cuando este intentó tomar la palabra. Fue entonces cuando el Rey de España saltó de su sillón para espetarle un rotundo "¿por qué no te callas?". La sopresa se hizo presente en la cara de todos los que allí se encontraban.

Por si fuese poco, el monarca decidió abandonar el pleno cuando el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, hablaba abiertamente del mal hacer de las empresas españolas en latinoamérica.

Curiosa, cuando menos, la reacción de Don Juan Carlos ante los hechos ocurridos.

En América Latina, la prensa tacha el incidente de salida de tono del monarca español. Gaspar Llamazares lo califica de "excesiva". La realidad es que el venezolano Chávez acaba de tomar de su propia medicina. Un sinvergüenza de su calaña no debe dirigir absolutamente nada. ¿Cómo se puede llamar fascista a alguien tan a la ligera?

Bien ha estado el presidente español, al pedirle respeto, diciendo que "Aznar fue elegido por el pueblo de forma democrática", y que aunque no comulgue con sus ideas debe ser respetado. Por fin alguien se pone serio con ese dictador del pueblo, caradura y golfo, que sólo sabe aleccionar a un pueblo oprimido por sus barbaridades.

Era hora de que alguien le dijera que ya está bien de considerarse el rey del mundo, de pensar que desde su puesto puede hacer lo quiera y manejar el mundo a su antojo. Que alguien le pare los pies.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Criticando: "Las 13 rosas"

La única victoria que se obtiene en una guerra es el deshonor. Los que salen derrotados, porque las pérdidas humanas y materiales provocan una profunda decepción; los que ganan, porque la sensación del daño que se ha hecho no permite saborear victorias a medias. Esa es la herencia de la guerra… Nada.

Gran película de Emilio Martínez-Lázaro, en la que pretende mostrar la crudeza de una guerra que ha marcado ha todos los españoles para siempre, y que parece que algunos intentan resucitar.
La acción se sitúa en marzo de 1939. La Guerra Civil Española llega a su fin con la victoria del bando de los nacionales, que tras res largos años de luchas encarnizadas se hacen con el control de la capital. Mientras, el General Franco espera en Burgos a que la situación se tranquilice en Madrid, para acudir en el mes de mayo al Desfile de la Victoria, en la que quedará estipulado como Caudillo de España.
Mientras tanto, Madrid se convierte en un hervidero de actividades clandestinas promovidas por las Juventudes Socialistas y parte de los gregarios republicanos que duramente lucharan durante el transcurso de la Guerra. Entre esos grupos, están estas jóvenes que intentar defender la libertad de su pueblo, aunque ello les cueste la vida. Son trece mujeres y cuarenta y tres hombres, detenidos por promover acciones contra el nuevo Régimen que comenzaba a instalarse con Franco a la cabeza.
La Policía, en su afán por poner fin a estos actos, detiene al joven Teo, que tras ser torturados por los métodos franquistas (heredados de la Alemania nazi) confiesa lo que sabe y descubre a sus compañeros.
Tras sufrir múltiples penurias, este elevado grupo de seguidores de la República y de las libertades mueren fusilados en el Cementerio del Este de Madrid, entre los cuales están las trece mujeres.

No me gusta demasiado la actuación de Gianinni en el papel del comisario Fontenla, porque excede en sobreinterpretación, y tampoco la participación de Leticia Sabater. Ya no es una mujer creíble, y su papel produce más risa que angustia. Algo parecido ocurre con Fran Perea.
Por el contrario, excelente interpretación del resto de actores, capaces de convertir este drama en una historia cercana, como en realidad es.
Genial el director, al meter, aunque sólo en varias secuencias, a rojos y azules en el mismo saco. Los dos bandos cometieron sus fechorías.

Valoremos el trabajo de dirección artística. Simplemente impecable. Aunque bien es cierto que hay ciertos elementos que parecen “colgajos” puestos ahí por el director del film con intención de componer algún que otro plano (como la mantilla o chal que cuelga de una pared en el pueblo de una de las mujeres arrestadas), la dirección artística es brillante. La ropa de los soldados y de la gente de la calle, las señoras de los pueblos, la celebración de la Misa, etc., son datos tratados con exquisito cuidado. Incluso las ropas de los actores, gastadas por el transcurrir del tiempo, y de materiales y colores muy característicos, dotan a esta película de una cruda pero total realidad.

Me quedo con dos ambientes. Por un lado, la secuencia de la preparación del Desfile de la Victoria, recreado de forma sencillamente genial por el director de arte Eduardo Hidalgo y sus colaboradores. He podido comprobar que este decorado se recreó en el cuartel de San Fernando, a unos kilómetros de Madrid en la carretera de Extremadura.
Por otra parte, la celebración de las misas en latín y de espaldas a los fieles, como era costumbre por entonces, relatado con total realismo.

Una película que, cuando acaba, provoca que la gente salga del cine en silencio y con la cabeza gacha, es que ha conseguido su objetivo. Para que la memoria de esta gente quede siempre viva, y para que no renazcan errores del pasado.

Soberbia la música de Roque Baños.

FICHA TÉCNICA Las 13 rosas
Duración: 132 min.
Año: 2007
País: España
Dirección: Emilio Martínez-Lázaro
Producción: Enrique Cerezo y Pedro Costa
Guión: Ignacio Martínez de Pisón
Dirección de fotografía: José Luis Alcaine
Dirección artística: Eduardo Hidalgo
Peluquería: Pepe Juez

Interpretación: Pilar López de Ayala (Blanca Brisac), Verónica Sánchez (Julia Conesa), Marta Etura (Virtudes González), Nadia de Santiago (Carmen), Gabriella Pession (Adelina García), Félix Gómez (Perico), Fran Perea (Teo), Enrico Lo Verso (Cánepa), Asier Etxeandía (Enrique), Alberto Ferreiro (Valentín), Adriano Giannini (Fontenla), Goya Toledo (Carmen Castro), Bárbara Lennie (Dionisia Manzanero), Secun de la Rosa (Satur), Luisa Martín (Dolores).