
Mos no estuvo en el podio, pero es igualmente campeona del Tour. Por fin el sentido común ha sido ratificado por un contranálisis de sangre. Óscar Pereiro, el corredor que situó para muchos dónde estaba Galicia en el mapa ha sido, por fin, nombrado ganador del Tour de Francia 2006.
Han tenido que pasar catorce largos meses de pruebas y declaraciones para intentar probar que los resultados de los primeros análisis realizados a Floyd Landis no eran verdaderos. El corredor americano dio positivo en un control realizado tras la brillante etapa del la ronda gala del 2006 en la que sorprendió a todos con una escapada brutal en la que recortó tiempo a Pereiro y se vistió de líder. Pero su maillot estaba manchado de sangre.
Los tramposos, una vez más, no tienen cabida en el ciclismo. Bastante mal lo está pasando ya este deporte como para que aún encima algunos se empeñen en mancharlo.
Lo que nos importa ahora es que el ciclista gallega por fin ha sido reconocido por Preudhomme como vencedor de la edición del año pasado de la mejor vuelta por etapas del mundo. La UCI confirmó el positivo y sitúa a Pereiro como ganador.
Pero parece que el daño ya está hecho.
El mosense ya no podrá nunca vestir por París su maillot amarillo que le situaba, al menos durante unas horas, como mejor ciclista del mundo. Ni podrá empezar el Tour con el dorsal que le corresponde, el número uno. Pero Óscar, que en declaraciones a Radio Marca ya ha pedido un acto público en el que se le nombre ganador del Tour de Francia 2006, no se rindió nunca, y por fin ha conseguido un reconocimiento merecido.
Ojalá que este sea un punto de inflexión para todos aquellos que, no sólo en el ciclismo, sino en todos los deportes, tengan como norma las trampas, decidan pensárselo mejor antes de ponerlas en práctica.
Y sobre todo, Óscar, ¡ENHORABUENA!
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